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21/5/08

Homenaje a "Ernesto Che Guevara"

Con motivo de la conmemoración del 80º aniversario del nacimiento del santafesino Ernesto Che Guevara y en homenaje a quien dió su vida por los pueblos; el edil Socialista Fabián Vernetti pidió por medio de un Proyecto de Ordenanza a las autoridades municipales se contemple la factibilidad en nuestra ciudad de rendirle un justo homenaje, designando con el nombre de "Ernesto Che Guevara" al parque lindante a la plazoleta Juan Pablo II que abarca desde la intersección de calles Ituzaingo y Sarmiento hasta Ruta 8 y Sarmiento, proponiendo además la creación dentro del mismo de un monumento recordatorio.

PROYECTO DE ORDENANZA
VISTO:

La proximidad de la conmemoración del 80º aniversario del nacimiento de Ernesto Che Guevara


Y CONSIDERANDO:

Que se ha conformado en nuestra ciudad una Comisión Organizadora en conmemoración del 80º aniversario del nacimiento del santafesino Ernesto Che Guevara, integrada por la Casa de la amistad venadense-cubana, ciudadanos y representantes de instituciones y entidades culturales, autoridades provinciales, centros de estudiantes, movimientos y partidos políticos, revistas, Colegio de profesionales y representantes del poder legislativo de nuestra ciudad.

Que con motivo de la conmemoración, esta Comisión pide se contemple la factibilidad en nuestra ciudad de rendirle un justo homenaje, designando con el nombre de “Ernesto Che Guevara” al parque lindante a la plazoleta “Juan Pablo II”, y que abarca desde la intersección de calles Ituizango y Sarmiento hasta Ruta 8 y Sarmiento; proponen además, en un lugar a designar dentro del mismo predio, el emplazamiento de un monumento recordatorio.

Que Ernesto Che Guevara, paladín de la rebelión latinoamericana de su tiempo, fue asesinado en octubre de 1967, pero continúa vivo en el imaginario popular ya que su coherencia política, su consecuencia moral y su insobornable lealtad a sus ideas, sumado a que le haya rendido a esos valores, tan hondamente arraigados en su pensamiento, el bien más preciado de un hombre como lo son su bienestar, su libertad y su vida, lo han convertido en un símbolo de valores universales.

Que Ernesto “Che” Guevara completó su ciclo universitario y, lejos de transformar su título de médico en “patente de corso”, comprendió que la enfermedad de esta sociedad no estaba en nuestros cuerpos sino en un sistema injusto, en la arbitraria injerencia extranjera, condicionadora de nuestra vida y nuestra muerte. Definido el mal, arremetió contra él siguiendo la ruta de tantos héroes que, aún después de muertos, perduran entre nosotros: Martí, Güemes, Sandino.

Que sin cálculos egoístas y sin tener en cuenta sus intereses personales, Ernesto Guevara se unió a un puñado de patriotas para encarar la titánica empresa de liberar a Cuba del oprobio material y moral en el que la tenía sumida el mercenario Fulgencio Batista en alianza con los monopolios de la mafia norteamericana. La epopeya fue consumada y, desde ese instante, nadie en el mundo pudo convencer a Guevara de lo difícil e imposible de su reiteración. Y a aquella convicción le agregó otra: la de su inconmovible fe en el hombre. Con el afán de liberar a otros pueblos de América, no dudó en abandonar sillones y escritorios para trajinar - con su sofocante asma - por selvas y montañas.

Que al Che le tocó vivir un tiempo especialmente difícil de América Latina, tal vez terrible, visto en la perspectiva de los años. No había gobierno democrático (salvo raras excepciones) que durara. La más tibia y tímida reforma que pudiera afectar los intereses de las empresas norteamericanas o de las oligarquías nativas, daba paso inmediato a un golpe de Estado. La fe en el derecho y en las instituciones se hizo nula y presuponer que era imposible hallar vías para el progreso social, al amparo de las instituciones políticas constitucionales, se volvió un pensamiento recurrente. El colonialismo desnudaba en África y Asia su intrínseca perversidad. Antes de perder sus posiciones de ventaja en los pueblos sojuzgados, estaban dispuestos a reprimir de las peores maneras. Hombres y mujeres de todo el mundo, sobre todo los jóvenes, veían cómo la lucha de los pueblos como Dien-Bien-Phu descorría un hipócrita telón que había desfigurado la realidad al extremo de hacer parecer como naturales, verdaderos genocidios.

Que en ese mundo que le tocó vivir, el Che llevó una vida política sin partidos, donde su única maestra fue la lacerante realidad de los atropellos imperiales sobre Latinoamérica, donde tempranamente acumuló las reservas de indignación moral aludidas mucho antes por José Martí en una frase favorita del Che: todo hombre verdadero debe sentir en su mejilla el golpe dado a cualquier mejilla de hombre; y también descubrió la artificialidad de las fronteras que dividen a la comunidad latinoamericana en naciones a veces absurdamente enfrentadas. Y apenas doce años de vida política lo proyectaron a una inigualable notoriedad internacional.

Que en 1964, después de haber hablado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1964, cuando el delegado nicaragüense del dictador Somoza aludió a un “delegado cubano con acento argentino”, Guevara volvió a la tribuna y usó términos personalizados ante un auditorio acostumbrado al refinado lenguaje de la diplomacia y que fueron premonitorios para el propio Che: “Efectivamente puede ser que en el acento que utilizara al hablar, se escapara algo de la Argentina. He nacido en la Argentina; no es un secreto para nadie. Soy cubano y también soy argentino y si no se ofenden las ilustrísimas señorías de Latinoamérica, me siento tan patriota de Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera necesario estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie.”

Que Guevara llegó finalmente al acto del renunciamiento total: cuando se va de Cuba, este hombre poderoso que llegó a integrar el triunvirato de la primera revolución social latinoamericana, el interlocutor y ejemplo de muchos grandes del Tercer Mundo, sólo deja a su familia tres viejos uniformes colgados en un armario - que en rigor, son del Ejército Rebelde -, y un viejo automóvil norteamericano modelo 1956 que compró de segunda mano. Y luego de participar en la guerra de liberación del Congo, se fue a Bolivia a organizar un foco insurreccional. Porque para él la acción revolucionaria era una misión y una pasión, y estaba absolutamente entregado a ella.

Que un 8 de octubre de 1967, Ernesto Che Guevara, herido, fue asesinado. Parte de sus manos mutiladas fueron enviadas al dictador Juan Carlos Onganía para su identificación. El régimen no exigió ni pidió explicaciones; para ellos los derechos humanos eran una camiseta que se sacaba y se ponía, según el bando. Quien había llegado racionalmente a sus convicciones revolucionarias, murió con las mismas convicciones y seguridades. El propio mensaje que le dejó a sus hijos es el mejor testimonio: “Sobre todo sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.”

Que, como diría Ernesto Sábato a pocos días de su muerte, “Ernesto Guevara no ha muerto por una simple elevación del nivel de vida material de los pueblos miserables. Para mí y creo que para muchos, en realidad para millones de hombres y sobre todo de muchachos que han llorado su fin, murió por un ideal infinitamente más valioso, por el ideal de un Nuevo Hombre. Lo que supone, claro, la lucha contra la miseria de los pueblos oprimidos; pero que, en última y hasta quizás en primera instancia, implica una nueva forma de convivencia, una comunidad en la que no sólo los bienes materiales estén asegurados para todos los seres humanos, sino una comunidad que sea precisamente eso: una comunión, un entrañable vínculo de hombres libres, una colaboración de personas dignas. En suma, pienso que combatió y murió por una convivencia en que los hombres sean verdaderos seres humanos, con la altísima dignidad que les corresponde, rescatados por fin no sólo de la alienación económica provocada por regímenes explotadores, sino también de esa otra alienación, más sutil y tremenda, porque es capaz de perdurar más allá de una equivocada revolución social que es la alienación científica, la que está conduciendo al mundo a una monstruosa maquinaria de robots.”

Que fuera de toda consideración política que a sus compatriotas merezca, es indiscutible que el Che es una figura de enorme proyección en el mundo, y por ese motivo, debe posibilitarse un espacio para quienes creen que su vida y su muerte dejaron un testimonio de coherencia ideológica, de valentía personal y de irrenunciable confianza en el hombre como artífice de su propia transformación.

Que quien dio su vida por los pueblos amerita que los pueblos den vida a su memoria.

Que Ernesto Che Guevara, cuya figura se agiganta en el tiempo, es argentino y santafesino: nació el 14 de junio de 1928 en la ciudad de Rosario, a solo 165 kilómetros de Venado Tuerto, se crió y educó en Alta Gracia, se hizo médico en Buenos Aires, y se convirtió en mito de protesta justa, de solidaridad, de coherencia de la vida con el ideal en el mundo entero.

Que en la vecina ciudad de Rosario se ha conformado un comité organizador para conmemorar el 80ª aniversario de su nacimiento, compuesto por múltiples sectores que abarcan desde la Multisectorial de Solidaridad con Cuba (que a su vez abarca 68 organizaciones regionales y nacionales), el Gobierno de la provincia de Santa Fe, la Municipalidad de Rosario, la Universidad de Rosario y la Embajada de la República de Cuba.

Que dentro de los eventos conmemorativos que impulsa este Comité en la ciudad de Rosario para los días 12, 13,14 y 15 de junio se cuenta la apertura de un Centro Cultural en un parque de 5 hectáreas, ambos con nombre de Ernesto Che Guevara, y el emplazamiento de un monumento de 4 metros de altura en su honor. Para esos días se programan varios encuentros nacionales e internacionales y concluirá con un megafestival internacional gratuito con destacadas figuras de la música latinoamericana.

Que otras ciudades más lejanas de nuestra provincia, como la ciudad de Rufino, cuenta desde hace años un espacio verde y un monumento en homenaje a la memoria de Ernesto Che Guevara.

Que el parque lindante a la plazoleta “Juan Pablo II”, y que abarca desde la intersección de calles Ituizango y Sarmiento hasta Ruta 8 y Sarmiento no tiene designación, salvo el playón deportivo “Venado Tuerto”.

Que éste parque es epicentro de actividades que tienen como protagonistas a los jóvenes, que concurren a practicar deportes en improvisadas canchas de fútbol, o frecuentando las pistas de bicicross y skate que construyera el municipio.

Que dentro del predio mencionado se encuentra enclavado parte de lo que fuera un edificio ferroviario, y que desde hace varios años fuera recuperado de su abandono por iniciativa de un grupo de jóvenes, convirtiéndolo en un Centro de Expresión Joven (CEJ), donde abrieron el espacio para el funcionamiento y la difusión de actividades artísticas y culturales protagonizadas por jóvenes. Allí funciona la editorial de la revista “Nos sobran motivos”, que ganara el Concurso Nacional “Contalo Vos” en la Provincia de Santa Fe, la murga Los Chiflados de la Bota, la Biblioteca Popular “Clemente Vive”, y dentro del edificio y en su playón se llevan a cabo recitales de bandas de jóvenes músicos venadenses y de la región, en una zona propicia para estas actividades ya que no es lindante con viviendas.

Que el parque mencionado ha sido forestado por el municipio, y la plazoleta Juan Pablo II le han agregado una infraestructura de mesas, bancos y juegos que son frecuentados por muchas familias en la búsqueda de esparcimiento y recreación.

Que la Cooperativa Eléctrica ha emplazado una luminaria acorde a las necesidades de este parque, quedando solo las proximidades del edificio del CEJ sin la iluminación suficiente. Por otro lado, la municipalidad ha enclavado una línea de luminarias paralelas que no se ajustan a las normas elementales de seguridad ni han contemplado, respecto a la altura, la posibilidad fehaciente de roturas y desmanes que sufre sistemáticamente el alumbrado público.

Que con fundamento en lo expuesto, el Concejo Municipal de Venado Tuerto, en uso de sus facultades y atribuciones sanciona la presente:


ORDENANZA

Art.1º.- Denomínese con el nombre “Ernesto ‘Che’ Guevara” a la plazoleta situada sobre calle Sarmiento, desde calle Ituizango hasta Ruta 8.

Art. 2º.- Comuníquese, publíquese y archívese.


Dado en la Sala de Sesiones del Concejo Municipal de Venado Tuerto, a los días del mes de del año dos mil ocho.-









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