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13/12/08

POSTURA DEL SOCIALISMO FRENTE A LA ELECCION DE AUTORIDADES DEL CONCEJO

La elección del Presidente del Concejo generó, otra vez, un debate con epicentro en falsas dicotomí­as: oficialismo vs. oposición, un concejal vs. otro concejal. Por un lado, la polí­tica de los personalismos, basada en los nombres. Por otro lado, la polí­tica de la funcionalidad, basada en la idea de que se debe capitanear el Concejo en función de quien capitanea el Ejecutivo.

Rápidamente se cae la mentira de los nombres. En la práctica, las últimas gestiones fueron presididas por personas de distintos partidos y significaron resultados exactamente iguales: manejo arbitrario de las cuentas del Concejo con comidas privadas cargadas al erario público, expedientes en comisión que duermen hasta caer en archivo, incapacidad de establecer un tiempo legislativo para expedirse sobre los temas de la ciudad, ritmo de trabajo según las necesidades de un Ejecutivo que muchas veces improvisa.

La otra dicotomí­a es más peligrosa aún. Supone que el principio democrático de la división de poderes es abolido en la práctica. Replicar en el Cuerpo Deliberativo la gestión del Ejecutivo atenta contra las bases mismas de la Democracia Parlamentaria. Una de las bondades que tiene el actual cuerpo legislativo es que no existe mayoría absoluta por parte de ninguna fuerza política, propiciando la necesidad de búsqueda de acuerdos.

El socialismo propuso superar, a través del diálogo, la mera imposición de la fuerza numérica; propuso discutir acerca de la calidad institucional, de qué Concejo necesita la ciudad. Avanzar en un proyecto de cambio en la dinámica legislativa, un proyecto administrativo de eficacia y transparencia que haga epicentro en la calidad institucional.

Hace ya tiempo venimos proponiendo un fortalecimiento institucional:

·Una de las principales falencias es el trabajo efectivo de las Comisiones. A menudo no se reúnen con la plenitud de sus miembros y al no contar con un despacho de la mayoría, el tema nunca pasa a las sesiones ordinarias. La propuesta permitiría a los miembros que integren y asistan a una comisión que ante la falta de los otros integrantes puedan expedirse sobre los proyectos emitiendo despachos en minoría, quedando con este requisito habilitado para su tratamiento en sesión.
·Incorporar la figura de "tratamiento de preferencia", que permitiría el tratamiento de un tema o despacho de comisión.
·Dar un tiempo perentorio para el tratamiento de los proyectos. Actualmente la mayorí­a ingresan y permanecen sin tratamiento hasta que caen en archivo.
·Blanqueo en la utilización de la partida de Asesores y/o Secretarios. Esta partida con destino especí­fico es depositada en la cuenta de los ediles sin compromiso alguno de rendir el gasto efectivo con el destino manifiesto. Además, como Estado no podemos propiciar empleo "en negro".
·Otorgar a la Comisión de Hacienda y Finanzas la consideración del despacho sobre las cuentas del Concejo Municipal.
·Apertura de las ejecuciones presupuestarias del Concejo a la ciudadaní­a.

También proponemos realizar convenios con organizaciones civiles que realizan seguimiento y control de las gestiones legislativas y ejecutivas.

Como partido, después de debatirlo en dos reuniones, decidimos propulsar la candidatura del compañero Oscar Pieroni a la presidencia del Concejo. Pero convencidos de la necesidad de arribar a consensos entre las distintas fuerzas políticas para avanzar en la calidad de la gestión, aceptábamos que la responsabilidad de la presidencia recayera en la primera minoría, que es el bloque del PJ que representa al oficialismo. Propusimos a la Concejala Norma Orlanda para ocupar ese cargo, en quién depositábamos la expectativa de liderar una gestión que implemente los cambios y el mejoramiento del funcionamiento del Poder legislativo que la ciudad necesita. Pero el PJ sostuvo inamovible la candidatura del Concejal Miguel Pedrola, que representa una continuidad en la gestión que fuertemente objetábamos. Ante la ausencia de una voluntad de cambio, votamos finalmente al Concejal Pieroni.

Seguiremos propugnando en el Concejo lo que debemos exigir al ejecutivo que debemos controlar: transparencia, responsabilidad y trabajo.

A 25 años de la recuperación de la democracia, es imprescindible profundizar la calidad institucional, generando una nueva forma de gobernar que brinde las respuestas que aún nos retaceamos como paí­s.

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